¿Sabías que muy cerca de Santander se encuentra una de las obras más representativas de este arquitecto? El Capricho de Gaudí, conocido también como La Villa Quijano, es un edificio modernista situado en la localidad de Comillas, proyectado por Antoni Gaudí y construido entre 1883 y 1885 bajo la dirección de Cristóbal Cascante. Conoce todo sobre esta impresionante obra en la región cántabra: El Capricho de Gaudí.

El Capricho de Gaudí es sin duda una de las cosas que tienes que ver si vienes a Santander. La casa fue encargada por Máximo Díaz de Quijano, un abogado enriquecido en América, que Gaudí diseñó bajo la influencia del arte oriental y la arquitectura árabe, utilizando técnicas constructivas decorativas que utilizará como referencia en trabajos posteriores. En Abba Santander queremos contarte algunas curiosidades de este edificio, ubicado a tan solo 40 minutos de nuestras instalaciones, para que no dudes en visitarlo cuando vengas a conocernos.

Curiosidades sobre El Capricho de Gaudí

El exterior de la casa

Antiguamente, las casas de veraneo de Comillas se construían con la intención de exhibir la riqueza de sus propietarios. El Capricho de Gaudí responde a ese propósito, con un aspecto exterior lleno de colores y elementos originales. 

La entrada principal está protegida por un pórtico columnado que sostiene la torre-mirador y da acceso a los espacios públicos de la casa: la sala de visitas, el salón principal y el comedor. Destacan sus balcones y barandillas de hierro decorados con flores, alternando en los muros los aparejos de sillería y ladrillos, todo rodeado por exuberante vegetación.

La distribución de las estancias

En el ala sur, Gaudí dedicó esta parte de la casa a las actividades privadas del propietario, situando todas las estancias y el invernadero, alimentado por el sol del mediodía y protegido de los húmedos y fríos vientos del norte, que servía de regulador térmico para el resto de las estancias.

La casa presenta una organización tradicional en su interior, con habitaciones a lo largo de un pasillo que las comunica, distribuidas en tres plantas, cada una con diferentes funciones.

En la planta baja se encontraban la cochera, la cocina, y las zonas de almacenaje. Actualmente, se ubican las zonas de servicio dirigidas a las visitas, ya que está abierta al público.

En la planta principal destacan el recibidor, el cuarto de baño, el salón principal y el invernadero. Destacan las vidrieras con motivos geométricos y ornamentales y la luminosidad del salón, junto al estudio o despacho.

Por último, en la planta superior está el desván. En él se encuentran las habitaciones que se destinaron al servicio, que junto con el invernadero actúa como regulador de la temperatura, ya que separa la planta principal de las temperaturas del exterior.

El edificio en la actualidad

Los herederos que a lo largo de los años fueron ocupando la casa, hicieron numerosos cambios decorativos y de distribución, adaptando la casa de un soltero como era Máximo Díaz de Quijano al uso de una familia de la época. Aunque con los años, cayó en desuso.

En 2010, tras una obra de rehabilitación, el recinto reabrió como una casa-museo, buscando conseguir dos objetivos: lograr la conservación del edificio, respetando lo máximo posible a la propia casa y, permitir que los visitantes puedan conocer de un modo más profundo la genialidad de esta joya de la construcción.

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