Practicar deporte nos mantiene sanos y agiles, aleja enfermedades cardíacas, fortalece nuestros músculos y los hace más flexibles. El esquí es uno de los deportes más elegidos en esta época del año, y no es de extrañar. Se trata de una actividad física muy completa, puesto que nos ayuda a desarrollar la musculatura y a mejorar el sistema cardiopulmonar (además de poder disfrutar de la naturaleza y de un poquito de adrenalina).
En este deporte, es importante prepararse adecuadamente, y no solo nos referimos a la indumentaria. Al tratarse de un ejercicio aeróbico intenso realizado a bajas temperaturas, se produce un gran desgaste en el organismo. Por este motivo, hay que aportarle a nuestro cuerpo los nutrientes adecuados. Una dieta variada y equilibrada nos ayudará a prevenir lesiones o sobrecargas musculares y conseguirá que tengamos mayor rendimiento durante la jornada de entrenamiento.
Y ¿qué hay mejor para recargar las pilas que un rico desayuno?
Es fundamental que no te olvides de desayunar antes de salir a esquiar por las mañanas. El desayuno es la comida más importante del día y, en este caso, deberá ser más completo de lo habitual. Tus platos deben contener una gran cantidad de hidratos de carbono, que te darán la energía necesaria y proteína, para alimentar a tus músculos. Una buena elección podría ser unas tostadas con pavo y leche, avena con huevos, un bocadillo de jamón… Tampoco se nos puede olvidar tomarnos un zumo o una fruta, pues nos aportarán vitaminas y minerales. Por ejemplo, el plátano, gracias a su contenido en potasio, nos mantendrá hidratados durante más tiempo y favorecerá la regulación de la actividad muscular.
Sabemos lo que estarás pensado ahora mismo…
Y lo sentimos mucho, pero… ¡la bollería no está incluida en esta dieta! Haría que tu digestión fuera más lenta y no te sintieras ligero durante el ejercicio. Además de evitar este tipo de alimentos, es aconsejable que el desayuno se ingiera, como mínimo, una hora antes de comenzar a esquiar. De esta manera, daremos tiempo a que los alimentos se asienten en el estomago.
Un lugar fantástico donde poder practicar el esquí con la tripa llena es en el abba Formigal Hotel. Se encuentra en pleno Pirineo Aragonés, a tan solo unos metros de la estación de esquí de Formigal, considerada el dominio esquiable más grande de España. Cuenta con más de 100 pistas, adaptadas tanto para los debutantes como para los más expertos. El hotel tiene unas vistas inmejorables del valle del Tena y una gran variedad de servicios, como el alquiler de esquíes. Y, sin ninguna duda, podrás disfrutar de un amplio buffet en el desayuno, porque saben bien que es imprescindible comer bien para dar lo máximo de ti mismo en la pista de esquí.