La Costa Quebrada es una joya geológica que se extiende a lo largo de veinte kilómetros y abarca cuatro municipios, desde Santander hasta Cuchía.
En el comienzo de este recorrido las primeras playas que se ven muestran la cara amable y domesticada de esta costa, sin embargo, a medida que deja atrás la ciudad y se llega al Cabo Mayor, donde un faro centenario guía a los barcos, el paisaje se transforma en un territorio solitario y agreste.
La historia geológica de la Costa Quebrada se remonta a 125 millones de años. Esta costa se compone de estratificaciones de fósiles que datan de esa época. Situada en un pliegue geológico, la erosión marina y el transcurso de los siglos han dado forma a esta zona, convirtiéndola en una combinación perfecta de plataformas de abrasión y acantilados.
Entre acantilado y acantilado, lo que encontramos son calas salvajes y enclaves costeros que parecen pertenecer a otro planeta.
Paisaje Asombroso
El paisaje de la Costa Quebrada es una auténtica maravilla natural que deja a los visitantes totalmente embelesados. Además de los acantilados imponentes que caen como cuchillas en el mar, encontramos otras esculturas naturales que sorprenden a cada paso. Un ejemplo de ello es la plataforma rocosa que se adentra en el mar en la playa de la Arnía, mientras las olas rompen contra los islotes cercanos.
La Asociación Costa Quebrada señala que para encontrar una diversidad geológica similar en Europa, tendríamos que recorrer al menos cien kilómetros. Los monumentos naturales que el mar ha erosionado a lo largo de 125 millones de años son un testimonio de los sedimentos acumulados. Los estratos visibles nos ofrecen un estudio de los fenómenos geológicos y climáticos que han ocurrido a lo largo de ese extenso período.
El resultado de millones de años de trabajo es un pliegue geológico moldeado por movimientos tectónicos, sedimentación y la acción incansable del mar. Esto ha dado lugar a afilados acantilados, inmensos arenales, preciosas calas, dunas, arcos naturales y majestuosos farallones. Pero también encontramos ríos que desembocan en el mar y exuberantes pinares que se mantienen en pie.
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