Este 2023, el mundo entero celebra el legado de Picasso y Barcelona, la ciudad que acogió al genio durante tantos años, se encuentra en pleno apogeo celebrando su vida y obra.
En este artículo, te llevaremos de la mano por los rincones más emblemáticos de Barcelona que inspiraron al gran maestro, sumergiéndote en la esencia artística de la ciudad condal.
Ruta por la Barcelona de Picasso
La Escuela de Bellas Artes, ubicada en el imponente edificio gótico de la Llotja, fue uno de los lugares más cruciales en la vida de Picasso. Muy cerca de su hogar en los Porxos d’en Xifré, esta escuela marcó el inicio de su formación artística y despertó su pasión por la pintura.
A parte de la escuela, Barcelona le brindó a Picasso numerosos escenarios y paisajes que nutrieron su creatividad. Los paseos por las emblemáticas Ramblas, el Parc de la Ciutadella, la majestuosidad de la Catedral y la belleza de la playa de la Barceloneta fueron fuentes inagotables de inspiración. Además, en la Iglesia de Sant Pau del Camp del Raval, Picasso descubrió el arte románico catalán, plasmando su admiración por la cultura local en una obra pintada en 1897.
El Café Els quatre gats, situado en los bajos de la Casa Martí fue otro punto clave en la vida de Picasso. Este bar se convirtió en un punto de encuentro para artistas y bohemios de la época y Picasso era un asiduo a este lugar, donde participaba en animadas tertulias artísticas y literarias y establecía conexiones con otros artistas.
En 1905, Picasso se trasladó a París pero Barcelona seguía en su mente. Fue en Francia donde pintó una de sus obras más famosas, Les Demoiselles d’Avignon. Esta pintura, considerada una de las primeras obras cubistas, tomó su inspiración de un prostíbulo ubicado en la calle d’Avinyó en Barcelona.
En diferentes momentos de su vida, Picasso regresó brevemente a Barcelona, dejando su huella en forma de obras y colaboraciones destacadas, una delellas el diseño del vestuario y los decorados del espectáculo de ballet Parade, que se estrenó en el Gran Teatre del Liceu en 1917.
Toda su vida en Barcelona culminó finalmente con la creación del Museo Picaso, el primer museo del mundo completamente consagrado a la obra del artista. En este lugar, los visitantes tienen la oportunidad de admirar sus creaciones de juventud, así como algunas pinturas de la época azul y la emblemática serie de Las Meninas, junto con otras piezas destacadas de su trayectoria.
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